jueves, 12 de marzo de 2015

Soy mujer rural

Hoy voy a estrenar el primero, espero de muchos, artículos en primera persona. Sin afán de demasiado protagonismo mi intervención se debe no sólo a que hoy es mi cumpleaños, sino también y sobre todo porque hoy es el día de la mujer trabajadora. Y sí, coincidencia o asuntos del cosmos, un día 8 de marzo de hace 31 años nacimos mi hermana melliza y yo, “Alioli” nos llaman, dos mujeres luchadoras.

Desde aquí hoy me gustaría homenajear, apoyar, reivindicar a la mujer luchadora, la mujer rural, la loba que encarnamos cada una de nosotras.

La mujer rural, esa mujer sabia, intuitiva, de piel curtida y tez tostada por el clima, manos vigorosas, prominentes caderas, esa mujer que bien podría parecerse a nuestras madres, abuelas, o en algún caso tendríamos que remontarnos a nuestras bisabuelas, quizás cuántas más generaciones atrás, más auténtica y pura era esa mujer rural, esa loba.

Podría parecer que mucho hemos cambiado desde entonces, pero pienso que esa mujer rural sigue rugiendo dentro y es ella la que nos impulsa a lucha, a decir lo que pensamos, a defender lo nuestro, a cuidar de nuestra autoestima y a enfrentarnos a los estigmas sociales, porque sí, las mujeres rurales sufren, sufrimos, un doble estigma: por ser mujer y por ser rural.

Yo desde aquí canto orgullosa: SOY MUJER RURAL y admiro a todas ellas que me enseñan cada día a serlo un poco más.

Las mujeres rurales de Armejún

Hace unos 50 años que las armejuneras de origen y genética ya no viven en su pueblo, obligadas por unas razones y otras a abandonar sus hogares junto con sus familias, emigraron (o se exiliaron) a urbes con mayores oportunidades y facilidades.

Porque aquí la vida era difícil y se disponía de muy poco, la extrema climatología y las horas de luz marcaban sus ritmos, igual que nos los marcan hoy, y Lorena y yo, hoy por hoy únicas féminas del pueblo, armejuneras de corazón, movemos nuestras caderas a su compás.

Hoy, igual que antaño y seguramente contagiadas por esas armejuneras fuertes, que sentimos presentes, trabajamos con pasión la tierra de esta escarpada montaña, subimos agua de la fuente, hacemos la colada, cocinamos a leña, conservamos alimentos y nos deslizamos en estrechas, laberínticas y elevadas viviendas de anchos muros de piedra y techos bajos. Y quizás también algún día demos de mamar a nuestros hijos entre golpe y golpe de azada.

Porque sólo con transitar sus calles silenciosas y enigmáticas sentimos dentro a la mujer rural, la mujer armejunera.

Aunque hoy, de forma indistinta trabajamos hombres y mujeres, habitantes de Armejún, codo a codo en todos los trabajos del pueblo, nosotras sentimos esa energía fluir a cada momento, incluso haciendo cemento o levantando piedras.

A Lorena y a mí, las armejuneras de corazón, nos unen el trabajo, el espíritu y la reivindicación. Cada una con sus experiencias y sus años, sus galones, hemos llegado aquí, y aquí se han juntado nuestras vidas, una maestra más en mi sendero. Mi compañera.

Me gustaría desde aquí alentar a tantas mujeres deseosas de dejar fluir a su mujer rural, podéis encontrarla en éste u otro pueblo, seguid vuestro instinto de lobas.

Feliz día de la mujer luchadora.

Saludos a todxs, y un abrazo muy especial a las armejuneras y a sus descendientes.

Una mujer rural…Armejunera


Olalla

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